Sánchez tranquiliza al PNV: apoyará a Urkullu en el Gobierno vasco y no a Bildu y Podemos

Pedro Sánchez
Pedro Sánchez con Iñigo Urkullu (Getty)
Carlos Cuesta

El PSOE ha tranquilizado ya al PNV: el plan inicial de Pedro Sánchez pasa por mantener en el Gobierno vasco a Iñigo Urkullu otros cuatro años. Pero en esta ocasión, la decisión tendrá consecuencias nacionales para los socialistas: Bildu es también un aliado clave de Sánchez. Podemos es, directamente, el socio estrella. Y el respaldo al PNV implica frustrar la posible gobernabilidad en el País Vasco de los proetarras, con el propio PSE-PSOE y Podemos, algo que sus aliados de izquierdas le harán pagar.

El PNV ha logrado 31 diputados en las recientes elecciones vascas. La mayoría absoluta se materializa con 38 escaños, por lo que los separatistas vascos necesitan siete diputados más para mantener la Presidencia autonómica en manos de Urkullu. Y el PSE-PSOE ha obtenido 10 sillones, con lo que se convierte en el socio ideal del PNV.

Hasta ahí las cuentas que favorecen al partido de Urkullu y Ortuzar. Pero lo cierto es que hay otro cálculo: el que beneficia a Bildu. Los proetarras han sido la segunda fuerza en estas elecciones regionales con 22 escaños. Podemos ha sido la cuarta fuerza con 6 diputados, por detrás del PSE-PSOE (10 sillones). Resultado: también la unión de los proetarras con socialistas y podemitas permite la gobernabilidad con 38 diputados. Una gobernabilidad que dejaría el control del País Vasco en manos de Bildu, en alianza con los morados de Iglesias y los socialistas.

Pero Pedro Sánchez se encamina al primer cisma interno y profundo de su Gobierno nacional. Porque no quiere permitir la gobernabilidad de Bildu de la mano de Podemos. Y ni Bildu, ni Podemos aceptarán de buen grado esta noticia. El Gobierno ya ha filtrado este mensaje al PNV para tranquilizar los ánimos.

Aliado económico

Pedro Sánchez quiere al PNV como aliado económico y sabe que una cercanía absoluta a Bildu le mancha del todo a efectos electorales. Pero Podemos hace ya días que abrió la puerta a una nueva gobernabilidad regional. Y nacional: la del PSOE y del partido de Pablo Iglesias con Bildu al cien por cien y sin el PNV. La formación morada trasladó hace una semana este ofrecimiento a Pedro Sánchez con una doble vertiente: la regional, centrada en el futuro Gobierno del País Vasco; y la nacional, con el fin de sortear los roces, especialmente los económicos y presupuestarios, que surgen cada cinco minutos entre PNV y Podemos.

La solución de Pablo Iglesias, además, ya ha sido admitida en ocasiones por la líder del PSOE-PSE en el País Vasco, Idoia Mendia. Y acaba de ser reclamada por Odón Elorza. Ninguno de ellos hace ascos a una gobernabilidad con Bildu y sin el PNV.

El campo de experimentación sería el País Vasco. Pero el objetivo final pasaría por aniquilar al PNV como apoyo necesario del Gobierno de Pedro Sánchez a escala nacional. Su sustituto sería EH Bildu, la formación proetarra.

El plan final traería beneficios para los dos partidos radicales. En primer lugar, Pablo Iglesias pretende librarse del PNV en las negociaciones de los Presupuestos y de cualquier medida económica. Los separatistas vascos no pasan por las ensoñaciones comunistas de los morados y se han convertido en un quebradero de cabeza constante para la formación de Iglesias: los votos del PNV son necesarios en el Congreso de los Diputados y todas las medidas de subida masiva de impuestos o derroche social son objetadas y bloqueadas por los hombres de Iñigo Urkullu.

Choque entre Bildu y PNV

Por la parte de Bildu el beneficio es obvio: pretende arrebatar al PNV el cartel de ‘negociador’ ante el Gobierno central y retirarle el activo más vendido por los de Urkullu ante sus votantes, el de que es el partido que capta inversiones, fondos y demás prebendas nacionales para el País Vasco. Y, por encima de todo, quedarse con el Gobierno vasco: su gran sueño.

Ese modelo llevaría aún más a la radicalización al PSOE, dejándole más cerca de los deseos de aniquilación socialista que en el fondo alberga Iglesias.

Pero Sánchez no quiere pasar por esa alianza. Ni por dar más poder a Podemos, ni a Bildu. Especialmente, ahora que ve derretirse electoralmente a su gran contrincante por los votos: Podemos. Y Sánchez da prioridad a la opción de PNV, pese a que Idoia Mendia, secretaria general del PSE, fue la primera en abrirse a esta posibilidad con Bildu y Podemos desde el primer día. De hecho, Mendia no ha cesado en su escalada de acercamiento a Bildu. Los socialistas lo dejaron claro tras haber alcanzado un acuerdo presupuestario en Irún con Elkarrekin Podemos y EH Bildu. Un pacto que dejó fuera al PNV.

Mendia afirmó en su momento que este acuerdo demuestra que puede haber otra vía de Gobierno del País Vasco más allá de los habituales pactos entre socialistas y el PNV: la de establecer alianzas estables de Gobierno entre podemitas, proetarras y el PSOE-PSE.

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